Doce hombres se encontraban en el lugar indicado. No muchas horas antes uno de ellos había vuelto a la vida después de haber permanecido sepultado durante tres días. Este hombre era el primero de una nueva raza de personas que tendrán como Él un cuerpo nuevo compuesto por átomos acondicionados para vivir en un ambiente desconocido para el hombre natural. A pesar de tener este nuevo cuerpo, Él podía comunicarse perfectamente con las personas comunes y corrientes. Era día domingo, y la apariencia de su rostro era la misma que ellos, (los once restantes) habían visto la noche del jueves anterior.
Un propósito muy especial ver de nuevo a su Maestro había reunido a los discípulos en la cumbre de un cerro al norte del país tal como su Guía les había indicado. Es fácil imaginarse que aquel era un lugar solitario, pero muy acogedor: Ver Mt. 28:7, 10, 16. El Mentor de de ellos los había acompañado más de tres años, y estaba aprovechando aquel encuentro tan cálido para darles algunas instrucciones muy oportunas e importantes, indispensables para la formación de un grupo de hombres, mujeres y niños que Él quería fundar, ya que para esto había venido al mundo en una vista tan corta que ya estaba finalizando.
En foto de la izquierda puede verse el Puerto de Tiberias en el mar de Galilea, Israel. En la foto de la derecha el río Jordan, cerca de Jericó, Israel
No hay comentarios:
Publicar un comentario